viernes, 3 de julio de 2015

La incierta economía de Brasil

Artículo publicado por el www.eleconomista.es
Ramón Casilda.
Brasil, la primera economía latinoamericana y séptima del mundo, constituye el foco de atención regional por estar atravesando la peor recesión en más de dos décadas. En 2014, el PIB creció el 0,1%, su cuarto año consecutivo de desaceleración y para 2015, oficialmente se calcula que se contraerá el -1,2%. Entre las medidas adoptadas para revertir la situación, el Gobierno aprobó un ajuste presupuestario de 69.900 millones de reales (unos 22.300 millones de dólares) con el propósito de sanear y fortalecer las finanzas públicas.

Por su parte, el Banco Central de Brasil, elevó por sexta vez consecutiva la tasa de interés en medio punto, del 13,25 al 13,75%, como medida para combatir la inflación situada en el 8,4% interanual (la mayor desde 2003), muy por encima de la meta del 4,5% y superando el nivel máximo de tolerancia de dos puntos más.
Por tal motivo, el recorte presupuestario y el paquete de iniciativas para moderar el gasto fiscal y controlar la inflación, deben aplicarse rápido para frenar el avance de los desequilibrios y cerrar peligrosos frentes abiertos. Uno de los frentes, lo constituye la rápida depreciación del real, que se está viendo afectado y atacado. Entre los meses de abril-mayo, se depreció un 5%, pasando de 3 a 3,15 reales por dólar. Esto empeora si nos fijamos en los últimos 12 meses, con una depreciación del 42%, pasando de 2,21 a 3,15 reales por dólar.
Las consecuencias se dejan sentir en los bancos brasileños con gran diferencia los más grandes de América Latina (el mayor banco extranjero en Brasil es el Santander, que se sitúa en el 5º puesto entre los diez mayores). En un ranking de los 10 grandes bancos latinoamericanos, solo el 7º y 10º puesto le corresponden a dos bancos mexicanos (el mayor banco de México es Bancomer de BBVA, que ocupa el 7º puesto).
Las acciones de los bancos brasileros multiplicaron su valor por 25 entre 2003 y 2008. Entonces la llegada de dólares era masiva, ahora es lo contrario, y lo más difícil de saber es cuántos dólares continuaran saliendo de Brasil. Ahora bien, ¿qué dice el mercado?, parece que nada bueno: los bancos brasileños se encuentran en los mínimos del año y la tendencia sigue siendo bajista. Si la caída del real continúa, los 10 bancos más importantes de Brasil que en los últimos 12 meses acumulan pérdidas entre el 26% y el 34% de su valor en dólares. Mientras tanto, el número de morosos en mayo totalizaron 56,5 millones de personas, con un crecimiento del 4,79 % frente al mismo mes del año pasado, según el Servicio de Protección de Crédito (SPC).
Otro frente sin dudas crítico, lo constituye la salida de capitales cuyo efecto perturbador es notorio. Pero por que se produce, la respuesta está en lo que se conoce como Currency Carry Trade: los dólares que antes entraron en época de bonanza, ahora están saliendo en época de crisis. Este fenómeno no es nuevo ni en Brasil, ni en la región, ni en el mundo.
Pero el ajuste ya está dando sus primeros resultados, aunque hará de 2015 un año de transición y, sobre todo, de construcción de bases más sólidas para retomar el crecimiento y los equilibrios macroeconómicos en 2016. Al respecto, una primera nota positiva lo ofrece el superávit comercial de 2.761 millones de dólares obtenido en el mes de mayo, debido a la caída de las importaciones que lo hicieron un 26,5% interanual, mientras que las exportaciones retrocedieron el 15,2%. Este retroceso exportador, se debe a que continúa la bajada de los precios de las materias primas como el mineral de hierro o la soja, así como la debilidad de la economía argentina, que es uno de los principales socios de Brasil.
El FMI pronostica que la economía brasileña comenzará su recuperación con un crecimiento del 1% en 2016. Para entonces, los bajos niveles de confianza de los inversores y el endurecimiento de la política fiscal aunque tendrán un impacto negativo durante este año, para el próximo, como apuntamos, las estimaciones son que mejorará, primero por el consumo privado y luego por la inversión, como por ejemplo, el gigantesco plan de infraestructuras presentado por la presidenta Dilma Rousseff, que alcanza los 64.000 millones de dólares, aunque tomará su tiempo para que los proyectos se concreten y que su financiación sea posible. La inversión pública no participará al nivel de los anteriores como en los respectivos PAC I y II, sino que se basará en la inversión privada a la que asignará mayores estímulos e incentivos.
A España y sus empresas que han apostado a largo plazo y con una estrategia inequívoca de permanencia, le interesa notablemente que América Latina vaya bien y si es muy bien, mejor. Y lo mismo deseamos para Brasil. Recuérdese que en la región somos el primer inversor europeo y el segundo mundial por detrás de Estados Unidos. Las empresas españolas tienen un stock bruto de 143.155 millones de euros y curiosamente Brasil fue donde llegaron en último lugar. Lo hicieron iniciado el presente siglo con la máxima fuerza, hasta convertirlo en su destino preferido con un stock bruto de 60.000 millones de euros. Así que todo el acierto en el camino emprendido por la presidenta; Dilma Rousseff y su Gobierno, para la recuperación del crecimiento y bienestar social de Brasil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR DEJAR TUS COMENTARIOS