El presidente Vladímir Putin aprovechó el Foro Económico Internacional de San Petersburgo 2015 para anunciar que Rusia no cerró su mercado en respuesta a las sanciones occidentales. Afirmó que responden "aumentando las libertades y el grado de la apertura hacia el mundo". Según el mandatario esto es reflejo de la labor para la creación de mejores condiciones para los negocios, la búsqueda de nuevos socios y de nuevos mercados.
Con independencia de todo ello, la consecución de una relación más positiva con Occidente dependerá en último término de sus esfuerzos para la implementación del acuerdo de Minsk en la resolución del conflicto de Ucrania.
El Foro que acaba de tener lugar se viene celebrando anualmente desde 1997 y pretende ser un instrumento para el negocio que ayude a superar barreras geográficas e informativas que separan Rusia de otros países. Los organizadores subrayaron que a pesar "de los intentos por aislar a Rusia" y las sanciones impuestas por varios países, el número de empresarios que asistieron al Foro fue mayor que en 2014.
En concreto, se afirma que el número de participantes este año casi se ha duplicado respecto al anterior. Un total de 114 países presentes por 62 en 2014. De ellos, 42 tienen representación a nivel oficial. Para mejorar los contactos económicos asistieron al evento 900 empresas rusas y extranjeras (600 en 2014). Desde Rusia se aprecia la asistencia de estos socios que "no se guían por directivas políticas coyunturales". Países que venían anteriormente, entre otros Alemania y Reino Unido, continúan manteniendo su presencia.
De particular trascendencia fue la llegada del primer ministro griego, Alexis Tsipras. Su viaje fue toda una muestra de la estrategia de Atenas tendente a buscar alternativas de financiación. En Grecia se trabaja en previsión de verse marginados de los mecanismos de liquidez de la eurozona. El país heleno está considerando seriamente el convertirse en un miembro activo del nuevo Banco de Desarrollo BRICS. En mayo, Rusia había invitado a Grecia a unirse al banco. Se espera que las negociaciones tengan lugar en la cumbre de los BRICS en Ufá, los días 9 y 10 de julio.
Grecia contempla igualmente la posibilidad de transformarse en un centro de distribución energética. Para este fin ha llegado a un preacuerdo con Moscú. En el marco del Foro sus ministros de Energía firmaron un memorando de cooperación para construir en territorio griego la prolongación del gasoducto Turkish Stream.
La construcción del Turkish Stream se acordó en diciembre de 2014 entre Moscú y Ankara y está destinado a llevar el gas ruso a Turquía. Transcurrirá por el fondo del mar Negro con capacidad para transportar 63.000 millones de metros cúbicos de gas al año. El gasoducto por territorio griego, que será la continuación de aquel, deberá tener una capacidad de 50.000 millones de metros cúbicos al año.
El gasoducto tendrá un coste de 2.000 millones de euros. El gigante estatal ruso Gazprom no será el propietario de la parte griega con Turquía, pero Moscú ayudará en la financiación del proyecto con un crédito a cargo de la compañía de inversión VEB-Capital.
Grecia pagará el crédito con su porcentaje de los beneficios del proyecto. Está previsto que la construcción se prolongue de 2016 a 2019. Se crea para su realización una empresa mixta ruso-griega. Según las autoridades griegas, el nuevo gasoducto creará cerca de 20.000 puestos de trabajo.
Destaca también el aumento de asistencia del negocio chino a San Petersburgo. Y, asimismo, crece el interés por parte de los demás BRICS (Brasil, Rusia, India y Sudáfrica). La presencia del Sudeste Asiático y América Latina fue nutrida.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos no prohibió en esta ocasión a sus empresarios participar en la reunión. Podría ser un indicio de que Washington busca dialogar con Moscú.
En palabras del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, EEUU busca reiniciar contactos, esfuerzos a los que Moscú responderá con una reciprocidad positiva. El canciller sostiene que los americanos cerraron todos los canales de cooperación y que "ahora poco a poco comienzan a buscar la posibilidad de reiniciar esos contactos". Lavrov basa su optimismo en que, además del de Ucrania, ninguno de los grandes problemas como Irak, Siria, Libia, la inmigración en el Mediterráneo puede solucionarse sin Rusia.
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